“Voy a dejar que el presidente Petro siga cometiendo el error de un guerrillero, pero que es poco político. Las diferencias entre las naciones deben ser resueltas por la vía diplomática para evitar que los conflictos escalen después a lugares donde ya es difícil salir”, sentenció el gobernante en una entrevista en Madrid.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, llamó este martes a la cordura a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, y le aclaró de que el Ministerio Publico de su país está investigando al ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, y en ningún caso se trata de una “persecución penal”.
Petro llamó a consultas hoy a su embajadora en Guatemala después de que el Ministerio Público (MP, Fiscalía) del país centroamericano advirtiera que pretende procesar a Velásquez por su papel al frente de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) entre 2013 y 2017.
El presidente de Guatemala incidió en no “caer en el juego de Petro”, por varias razones.
La primera es que “a diferencia de allá (Colombia), hasta donde sé, y no me meto en los asuntos internos de los países, están dejando libres a narcotraficantes, a personas que asesinaron gente durante el conflicto armado, allá ellos y su Justicia, en mi país si algo hemos procurado es la independencia de los poderes del Estado”.
Y “dentro de esos (los poderes del Estado), la total y absoluta independencia y respeto total a las decisiones de los jueces y magistrados”.
“Que puedo estar o no de acuerdo, es otro tema, pero mi obligación como ciudadano es respetar lo que los jueces y los tribunales dictan”, añadió.
INVESTIGACIÓN, NO PERSECUCIÓN
Giammattei incidió en que lo que hay abierto contra Velásquez en Guatemala es un proceso de investigación, “que es muy distinto a un proceso de persecución penal. Sería bueno que alguien ilustre al señor Petro sobre la diferencia entre una y otra”.
“Hasta el momento no hay una orden de captura, hay un proceso de investigación y creo que se hubieran podido aclarar muchas cosas”, añadió.
El presidente de Guatemala indicó que, como respuesta a la retirada de la embajadora colombiana en su país, ellos están haciendo lo mismo en Colombia.
“La semana pasada recibí las cartas credenciales de la embajadora de Colombia que me mandó un mensaje del presidente Petro totalmente distinto a lo que ahora está declarando”, recordó.
Por eso, subrayó Giammattei, “yo llamaría a la cordura, esto es un problema que puede ser visto desde las cancillerías y cualquier explicación que requieran con mucho gusto se puede dar”.
Y descartó la idea de poder hablar con Gustavo Petro directamente: “Yo creo que es innecesario, en primer lugar, porque él en campaña insultó a mi país y jamás pidió disculpas. De hecho, en su toma de posesión la que nos representó fue la embajadora. Nadie del Gobierno fue”.
“En este caso le diría al señor Petro, tal vez el problema es que después de haber sido perseguido y traficante y todo no comprenda mucho la situación, que retirar a los embajadores lo único que nos pone es al borde del rompimiento y yo quiero mucho a Colombia, la conozco desde hace muchos años, tengo un respeto absoluto por el pueblo colombiano. He estado allí cantidad de veces”, señaló el presidente de Guatemala.
200 AÑOS DE RELACIONES ENTRE COLOMBIA Y GUATEMALA
Por eso el presidente de Guatemala argumentó que, tras más de 200 años de relaciones diplomáticas, culturales y de cooperación “tirarlas al traste por un proceso de investigación que ni siquiera se sabe en qué va terminar es un absurdo”.
“Confío en que alguien le aconseje a Petro. Si él tiene una duda para eso están los cancilleres, las misiones diplomáticas, el poder a través de nosotros abrir el diálogo con las personas que llevan a cabo las investigaciones, porque a mí me agarraron por sorpresa”, dijo.
Pero “salir despotricando no beneficia a nadie, ni a él mismo”, concluyó Giammattei, que no quiso continuar la conversación sobre ese tema “para no cometer el error de ofender como nos ofendieron sin razón”.
“A veces en los temas en cuestión de relaciones entre países lo último que debe haber es una respuesta no pensada, no meditada. Si fuera así viviríamos en guerra todo el mundo”, señaló.