Al menos diez por ciento de la población mundial debería estar inmunizada antes de que finalice septiembre, advierte organismo.
Los países deben acelerar la donación de vacunas al mecanismo internacional COVAX, creado para reducir la desigualdad en la distribución de estos productos, para alcanzar el objetivo de que el 40 por ciento de la población de cada país esté vacunada para fines de este año, dijo hoy el responsable de este programa en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bruce Aylward.
Si bien los países más desarrollados como Alemania, Francia, Nueva Zelanda y Japón, entre otros, se han comprometido a donar millones de dosis de vacunas que tendrán como excedentes de sus propios programas de inmunización, la mayoría ha dicho que las entregas a COVAX se harán a lo largo de 2021.
Donar las vacunas a finales de 2021 es muy tarde, dijo Aylward a la prensa, un día después del anuncio de Estados Unidos de que donará 80 millones de dosis, de las que el 75 por ciento se distribuirán a través de COVAX.
El objetivo más inmediato de la OMS es que el 10 por ciento de la población de todos los países esté inmunizada contra COVID-19 antes de que finalice septiembre, para lo cual necesita haber facilitado la vacunación de 250 millones de personas adicionales de aquí a entonces en algunas de las áreas de más difícil acceso del mundo.
La carencia de vacunas en numerosos países entre los más pobres del mundo contrasta con los dos mil millones de dosis administradas, con el 75 por ciento de ellas utilizadas en países ricos.
Covax ha hecho posible que la vacunación empezara en 38 países que, de otra manera, muy probablemente no hubieran puesto hasta ahora una sola dosis.
En los países de menores recursos solo se han administrado el 0,5 por ciento de las vacunas disponibles.
No obstante, Aylward reconoció que el interés internacional está concentrado en las vacunas, lo que ha causado que sea muy limitada la financiación que se ha recibido para dar acceso a los países de menores recursos a test de diagnóstico, oxígeno o a la dexametasona, el único fármaco recomendado por la OMS para enfermos de COVID-19 hospitalizados.