México ha vetado a Felipe VI de la toma de posesión de la nueva mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum mientras el Ministerio de Exteriores envió una nota verbal manifestando su queja.
El Gobierno ha protestado formalmente ante México por el veto a Felipe VI en la toma de posesión de la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, el 1 de octubre, un desaire que ha tensado las relaciones entre los dos países.
De acuerdo con una información, el Ministerio de Exteriores convocó el martes al embajador mexicano para trasladarle “una nota verbal” (conducto normal de comunicación escrita entre las embajadas y el Ministerio de Exteriores), en la que manifestaba su queja por no haber invitado al rey a la ceremonia.
Paralelamente, el embajador español en la capital mexicana acudía a la Cancillería para entregar en persona esta protesta.
El Ejecutivo, que decidió no participar en la ceremonia de traspaso de poder, ha manifestado con estas “notas verbales” su queja formal por un hecho sin precedentes en la relación que España y la Corona han tenido con los países de América Latina y en la representación del monarca en las tomas de posesión de los mandatarios.
No habrá, por tanto, ningún miembro del Gobierno en la toma de posesión de Sheinbaum, aunque sí habrá representación de Sumar, su socio en el Ejecutivo, lo que no ha gustado al PSOE.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha asegurado que el Gobierno quiere mantener “las mejores relaciones” con México, pero ha dejado claro que siempre defenderá las instituciones españolas, “empezando por la más alta, la jefatura del Estado”.
“Quiero ser muy claro: que a nadie le quepa duda, con México o con cualquier otro país del mundo, mientras yo sea ministro de Asuntos Exteriores, la política exterior de España defenderá siempre, siempre a nuestras instituciones, empezando por la más alta, la Jefatura del Estado”, ha manifestado en rueda de prensa tras ser preguntado por la petición de México de que España reconozca los “agravios” causados por la conquista.
Albares ha explicado que ha trasladado personalmente a la canciller mexicana, Alicia Bárcena, la queja de España por la exclusión del rey Felipe VI de la ceremonia de investidura de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, una posición que su Ministerio también trasladó al Gobierno mexicano en una nota verbal el pasado martes.
Se convocó al embajador mexicano en Madrid para entregarle la citada nota de queja y el embajador español en México la presentó en persona en la Cancillería mexicana.
España, ha asegurado el jefe de su diplomacia, quiere mantener “las mejores relaciones con un pueblo hermano como es México”, pero “no va aceptar” que en la toma de posesión haya una representación de cualquier otro nivel distinta de la del jefe del Estado.
Albares ha tenido ocasión de hablar en varias ocasiones con Bárcena en el marco de distintos encuentros multilaterales en los que han coincidido.
El ministro ha evitado responder de forma directa cuando se le ha preguntado por unas declaraciones en las que Bárcena supeditaba la normalización de relaciones con España a una “ceremonia de desagravios”.
Él, como responsable de Exteriores, seguirá trabajando por fomentar unas relaciones que ya son buenas a todos los niveles y por defender a todas las instituciones del Estado, ha insistido.